jueves, 15 de noviembre de 2007

Joaquí­n Sabina - Calle melancolí­a

Canción: Calle melancolí­a
Intérprete: Joaquí­n Sabina
Compositor: Joaquí­n Sabina y A. Sánchez
Disco: Malas compañías (1980)



Lyrics:

Como quien viaja a lomos de una yegua sombría,
por la ciudad camino, no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.
Las chimeneas vierten su vómito de humo
a un cielo cada vez más lejano y más alto.
Por las paredes ocres se desparrama el zumo
de una fruta de sangre crecida en el asfalto.
Ya el campo estará verde, debe ser Primavera,
cruza por mi mirada un tren interminable,
el barrio donde habito no es ninguna pradera,
desolado paisaje de antenas y de cables.

Vivo en el número siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.

Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,
que viene de la noche y va a ninguna parte,
así mis pies descienden la cuesta del olvido,
fatigados de tanto andar sin encontrarte.
Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarriLlo,
ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama;
me enfado con las sombras que pueblan los pasillos
y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.
Trepo por tu recuerdo como una enredadera
que no encuentra ventanas donde agarrarse, soy
esa absurda epidemia que sufren las aceras,
si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.

Vivo en el número siete...


Observaciones:

Ahora es difícil recordar al primer Sabina, al Sabina puro. Demasiado tiempo con el Sabina actual. El Sabina de los bombines y de la voz rota. El Sabina del top manta y la carretera, y el tirón de orejas a Ramoncín. El Sabina afrutado por las influencias latinas, Chavela Vargas y el Mono Burgos. También por Andrés Calamaro y los demás Rodríguez.

El primer Sabina era un trovador que presentaba su música desnuda por los programas de televisión española de la época, muy parecido a los trovadores del medievo que vivían a la sopa boba de pueblo en pueblo, de catre y alcoba, con una guitarra o similar por zurrón de pan. Los arreglos de sus discos hasta digamos finales de los 80 eran de un gusto dudoso y la severidad de su voz demasiado severa, por aquello de querer usar un traje que tiene una talla menos de la que debería. Pero en lo que respecta a la facilidad del verso y a la bondad de sus coplas fáciles, esta primera época puede darle un puntapié en el culo a todos sus últimos años. Calle Melancolía, Princesa, Pongamos que hablo de Madrid, Beso de Judas y hasta la banda sonora del programa Con las Manos en la Masa, son canciones que han sido compuestas con una lucidez que el abuso de las drogas blandas y duras ha ido minando con el paso del tiempo.

Particularmente me quedo con estos versos de Calle Melancolía, posiblemente los más inspirados que ha conseguido un poeta español desde que Lorca fue asesinado durante la guerra civil por rojo y por marica:

Vivo en el número siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.

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